mayo 02, 2006

Don del desvelado

Quien abandonó estas casas en medio de la noche, no pensó en esa oscuridad con hambre de lobo, que en impredecibles días sin luna baja de los cerros sigilosa a devorar los sueños de los durmientes.

Pero existimos los que soñamos despiertos y tendidos con los ojos boca arriba, agradecemos a quien sea el don de las estrellas y esa oportunidad de quedarnos quietos y en silencio.